El sobrepensamiento es un fenómeno mental que puede afectar tu bienestar, generando estrés, ansiedad y agotamiento emocional. Comprender su origen es clave para que aprendas a gestionar mejor tus pensamientos y emociones.
En este artículo vamos a explorar la causa del sobrepensamiento, sus factores internos y externos, y cómo identificarlo en tu vida diaria.
¿Qué es el sobrepensamiento?
El sobrepensamiento es el acto de analizar en exceso una situación o problema, dando lugar a una espiral de dudas, preocupaciones y escenarios hipotéticos, de cosas que no ocurrieron en el pasado o de cosas que se desea que ocurran en el futuro.
Por diversos motivos, la mente se atasca en un bucle de pensamientos repetitivos que pueden generar angustia, ansiedad y dificultar la toma de decisiones.
Este fenómeno puede presentarse de dos formas principales:
- Rumiación: Pensamientos constantes sobre eventos pasados, errores o situaciones negativas.
- Preocupación excesiva: Anticipación de “problemas” futuros, muchas veces sin una base realista o posible.
- Pensamientos negativos: Ideas catastróficas sobre posibles consecuencias de eventos actuales, que pueden afectar o dañar a la persona.
Ahora bien, en otro artículo te explicamos cómo dejar de pensar en algo y detallamos las razones por las que esto ocurre, y aquí te contamos cómo la ansiedad juega un papel clave en todo esto.
¿Cuál es la causa del sobrepensamiento?
Las causas del sobrepensamiento pueden dividirse en dos grandes grupos: factores internos y factores externos. A menudo, ambos influyen en nuestra forma de procesar la información y afrontar los desafíos diarios.
1. Factores internos
A nivel interno, el sobrepensamiento suele estar impulsado por la ansiedad, el miedo y la autocrítica. Por ejemplo, las personas con altos niveles de autocrítica tienden a analizar en exceso sus decisiones, temiendo cometer errores o ser juzgadas por los demás.
Mientras que las personas que experimentan ansiedad y miedo incontenibles, suelen tener un procesamiento de información alterado, que les conduce a repetir ciertos pensamientos una y otra vez en su mente, dibujando escenarios posibles de acuerdo al miedo que se experimenta. Esto estimula un ciclo de ansiedad, que se fortalece a medida que el sobrepensamiento continúa presente.
Además, ciertas emociones como la culpa, la inseguridad o la frustración pueden alimentar este patrón de pensamiento. A su vez, la personalidad perfeccionista o la baja autoestima, pueden hacer que una persona sea más propensa a sobrepensar.
2. Factores externos
Algunas influencias externas que pueden detonar el sobrepensamiento, son la presión social, los problemas en las relaciones de pareja, el uso excesivo de redes sociales o incluso el estrés laboral.
Cualquier evento externo que toque algo importante de tu historia personal, puede ser un detonante del sobrepensamiento. Sin embargo, no es enteramente la causa. Ya que esta se vincula, principalmente, con las experiencias pasadas que fueron importantes para ti.
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Cómo identificar las causas del sobrepensamiento en tu día a día
Si sientes que tu mente no deja de dar vueltas a los mismos temas, es importante que identifiques qué está desencadenando este patrón. Algunas señales de alerta incluyen:
- Dificultad para tomar decisiones, incluso en situaciones simples.
- Sensación constante de duda y miedo al error.
- Pensamientos repetitivos sobre situaciones pasadas o futuras.
- Problemas para relajarte, incluso en tu tiempo libre.
Llevar un diario de pensamientos o practicar la atención plena (mindfulness) puede ayudarte a reconocer los momentos en los que caes en el sobrepensamiento y sus desencadenantes específicos.
Estrategias y recomendaciones
Para reducir el sobrepensamiento y recuperar el control de tu atención, prueba estas estrategias:
Pon un límite al análisis: Si te descubres dándole muchas vueltas a un problema, entonces establece un tiempo máximo para pensarlo y luego pasa a la acción.
Practica la autocompasión: No seas tan duro(a) contigo mismo(a). Acepta que cometer errores es parte del aprendizaje y que no siempre se puede controlar todo.
Desconéctate del ruido digital: Reducir el consumo de redes sociales y noticias, puede ayudarte a calmar la mente y evitar comparaciones innecesarias.
Haz ejercicio y meditación: Ambas prácticas ayudan a liberar tensiones y mejorar la claridad mental.
Habla con alguien de confianza: Compartir tus pensamientos con personas de tu confianza, puede darte una nueva perspectiva y aliviar la carga mental.
Identificar qué desencadena el sobrepensamiento en tu caso, es el primer paso para gestionarlo mejor. Con estrategias adecuadas, puedes entrenar tu mente para procesar y dejar fluir esos pensamientos repetitivos, y enfocarse en soluciones en lugar de quedar atrapado(a) en un bucle de preocupaciones.
Si sientes que el sobrepensamiento afecta tu calidad de vida, considera buscar apoyo profesional. ¡Recuerda que tienes el poder de cambiar tu enfoque y vivir con más tranquilidad! 💙