¿Te cuesta soltar errores del pasado? Sentirse atrapado en la culpa, la vergüenza o el arrepentimiento es más común de lo que parece. Muchas personas cargan con eventos que ocurrieron hace años y que aún hoy les pesan, como si el tiempo no bastara para sanar.
En este artículo te contamos cómo perdonarse a uno mismo desde una perspectiva psicológica, qué implica realmente ese proceso y qué estrategias pueden ayudarte a empezar a sanar.
¿Por qué es tan difícil perdonarse?
A diferencia de pedir perdón a otra persona, el perdón interno no depende de una conversación ni de una reconciliación externa. Es una batalla silenciosa, muchas veces invisible, que se libra dentro de uno mismo. Y aunque parece algo que "debería ser más fácil", en la práctica suele ser mucho más complejo.
Perdonarse implica enfrentarse a la propia imperfección, las decisiones tomadas y los errores cometidos. Aceptar que, en algún momento, actuamos de una forma que hoy nos resulta dolorosa o inaceptable. Pero también implica soltar el castigo constante, dejar de reprocharnos y permitirnos seguir adelante.
El paso de la culpa al perdón es difícil porque toca creencias muy profundas sobre lo que merecemos y nuestro valor personal. Además, muchas veces el entorno no ayuda: frases como “tienes que aprender la lección” refuerzan la idea de que perdonarse es sinónimo de irresponsabilidad, cuando en realidad es todo lo contrario.
Qué implica el perdón hacia uno mismo en psicología
Desde la psicología, el perdón no significa justificar todo lo que se ha hecho ni negar el daño causado. Perdonarse es una forma de reconciliación con la propia historia. Es reconocer que se actuó desde el nivel de conciencia, herramientas o emociones que se tenían en ese momento… y que eso no define por completo quién somos hoy.
Pero este proceso no es lineal ni rápido, más bien implica tiempo, revisión interna y, muchas veces, acompañamiento profesional. Sin embargo, una vez que se inicia, es un acto profundamente liberador: cuando una persona logra perdonarse, se abre a la posibilidad de cambiar sin estar atada a un pasado que la condena.
{post-cta}
Estrategias para trabajar el perdón interno
Entonces, ¿cómo perdonarse a uno mismo cuando la culpa y el juicio interno parecen interminables? Te compartimos algunas estrategias desde un enfoque psicoterapéutico:
Reconocer la responsabilidad sin castigarse
Asumir que se cometió un error no debe implicar hundirse en la culpa eterna, para evitar ello, es importante diferenciar entre entre responsabilidad y autoataque (autocastigo). La responsabilidad nos ayuda a asumir nuestro acto de manera consciente y respetuosa con nosotros y con los implicados, mientras que el autoataque es más cercano al reproche, y nos lleva a engancharnos del castigo.
Es posible hacerse cargo de las acciones propias sin entrar en un espiral de maltrato interno. De hecho, cuanto más podemos ver el error con claridad, más capacidad tenemos de repararlo o de crecer a partir de él.
Cuestionar el problema para perdonar
Para encaminarnos el proceso del perdón, es importante preguntarnos porqué se nos hace difícil perdonar. Esta pregunta hace alusión a nuestra infancia y la manera en que nos criaron, si tuvimos cuidadores rígidos, que criticaban y castigaban por cualquier cosa, o si más bien, fueron muy laxos y excesivamente flexibles.
De ambos extremos pueden provenir los problemas con el perdón. Del primero porque internalizamos el castigo de los cuidadores, y del segundo porque, como un intento de organizarnos, nos volvemos rígidos y cuadrados.
La psicoterapia ayuda a entender el origen de la dificultad y trabajar sobre ello.
Hablarse con compasión en vez de juicio
Muchas personas no se perdonan porque se hablan desde un lugar de crítica constante: “cómo pudiste hacer eso”, “nunca vas a cambiar”, “no mereces que te perdonen”. Este tipo de diálogo interno solo refuerza la culpa. La autocompasión, una habilidad que se puede desarrollar en terapia, permite cambiar esa voz interna por una más amable y comprensiva. No se trata de negar lo que ocurrió, sino de dejar de hacerse daño con ello.
Ejercicios escritos o guiados por terapeuta
En el proceso terapéutico se pueden utilizar diversas herramientas como escribir una carta a ese “yo” del pasado, imaginar una conversación compasiva o trabajar con técnicas de visualización guiada. También se pueden utilizar prácticas de mindfulness para observar los pensamientos de culpa sin identificarse completamente con ellos. Estas estrategias ayudan a resignificar lo ocurrido y a construir un relato más equilibrado de la propia historia.
{post-cta}
Cuándo buscar ayuda para avanzar en este proceso
Si bien es posible comenzar este camino de forma personal, hay situaciones en las que buscar ayuda profesional es clave. Por ejemplo, cuando la culpa interfiere con tu día a día, afecta tus relaciones, tu autoestima o tu estado de ánimo. También cuando notas que, por más que lo intentes, no podés dejar de castigarte por lo mismo una y otra vez.
Un terapeuta puede ayudarte a poner en contexto lo que pasó, a identificar los patrones que te mantienen atado a la culpa y a desarrollar nuevas herramientas para cuidarte desde otro lugar.
Aprender cómo perdonarse a uno mismo es un proceso profundamente humano. No es un acto de debilidad, sino de coraje. Es decidir que, aunque no podemos cambiar el pasado, sí podemos cambiar cómo vivimos con él. Y ese paso, aunque cueste, vale la pena.