En los últimos años, el término gaslighting ha ganado visibilidad en el ámbito social, y no es para menos. Esta forma de manipulación emocional puede tener un impacto devastador, especialmente cuando se instala en nuestras relaciones más cercanas. Lo más preocupante es que su efecto no siempre es inmediato o evidente, más bien el daño suele ser progresivo, silencioso y profundamente enraizado en la percepción que tenemos de nosotros mismos.
Por eso, en este artículo exploraremos la relación entre gaslighting y autoestima, fundamental para comprender cómo esta táctica puede desdibujar nuestra identidad, nuestra confianza y, en última instancia, nuestra salud mental.
Relación entre gaslighting y autoestima
¿Qué es el gaslighting y cómo se ejerce?
El gaslighting es una forma de abuso psicológico en la que una persona manipula a otra para que dude de su percepción, memoria o juicio. El término proviene de una obra de teatro de 1938, en la que un esposo manipula pequeños aspectos del entorno, como la intensidad de una lámpara de gas, para hacer que su esposa crea que está perdiendo la cordura.
En la vida real, el gaslighting puede ser mucho más sutil, y pueden usarse frases como “eso nunca pasó”, "estás exagerando" o "siempre malinterpretas todo". El objetivo es desestabilizar emocionalmente a la víctima y hacerla cada vez más dependiente del criterio de la persona manipuladora. Esto genera una profunda desconexión con la realidad propia y un debilitamiento progresivo de la autoestima.
La manipulación es un fenómeno psicológico que siempre ha existido (y seguirá existiendo). El gaslighting surgió como un término acuñado por la cultura popular para nombrar la manipulación. Por ello, este término no es utilizado en la jerga científica ni es propio de manuales diagnósticos.
La autoestima como blanco de la manipulación
La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos: cómo nos percibimos, cuánto nos respetamos, qué tanto confiamos en nuestro criterio y capacidades, y cómo nos relacionamos con nuestras emociones y decisiones. Cuando alguien ejerce gaslighting, esta valoración se convierte en el objetivo principal del abuso.
La persona manipuladora socava constantemente la confianza de la víctima en su propia percepción del mundo. Con el tiempo, la persona afectada comienza a desconfiar de sí misma, a sentir que no puede tomar decisiones por su cuenta o que necesita una validación externa para cualquier acción. La autoestima se va deteriorando hasta que la persona se siente incapaz de defenderse, expresar sus necesidades o incluso identificar qué es lo que siente.
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Señales de que tu autoestima está siendo afectada
Dudas constantes sobre ti mismo
Uno de los efectos más comunes del gaslighting es la duda constante. Quienes lo sufren comienzan a cuestionarse todo. Esto no es casual, sino resultado de una manipulación prolongada. Cuando alguien invalida repetidamente tus emociones, pensamientos u opiniones, comienzas a pensar que tus emociones no son válidas o que tus recuerdos son poco confiables. Y el resultado es una pérdida progresiva de seguridad.
Necesidad de aprobación y miedo a equivocarte
Otro síntoma habitual es la necesidad constante de aprobación. Después de vivir bajo manipulación emocional, es común buscar validación externa para todo, incluso para las decisiones más simples. Esta necesidad viene acompañada de miedo a equivocarse, porque durante mucho tiempo cualquier error (real o fabricado por el manipulador) fue usado como prueba de tu "incapacidad" o "inestabilidad". La autoestima, ya debilitada, se convierte en un terreno minado de inseguridades.
Consecuencias psicológicas a largo plazo
El impacto del gaslighting en la autoestima no se limita al tiempo en que se vive la manipulación. Sus consecuencias pueden extenderse por años si no se reconocen y se abordan. A largo plazo, muchas personas experimentan ansiedad, aislamiento social, e incluso alteraciones del estado de ánimo. El sentimiento de culpa, la vergüenza y la autocrítica excesiva también son frecuentes, porque la víctima ha interiorizado la narrativa del manipulador como si fuera cierta.
Además, esta experiencia puede dificultar la formación de relaciones sanas en el futuro. El temor a volver a ser manipulado o el hábito de minimizar los propios sentimientos pueden obstaculizar vínculos donde la confianza y el respeto sean reales.
¿Cómo reconstruir la autoestima después del gaslighting?
Reaprender a confiar en ti
Recuperar la autoestima después del gaslighting no es un proceso rápido, pero sí posible. El primer paso es reconocer que sufriste de manipulación, y que tus emociones son legítimas. Reaprender a confiar en tus pensamientos, tu percepción y tu juicio es fundamental. Esto implica cuestionar las narrativas impuestas y darte permiso para sentir, pensar y decidir por ti mismo.
Un buen ejercicio es llevar un diario emocional, donde puedas registrar tus pensamientos sin juicio. Esto te ayudará a identificar patrones, validar emociones y reconectar con tu voz y pensamientos.
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Terapia y ejercicios de autovaloración
La terapia psicológica es una herramienta clave en este proceso. Un profesional capacitado puede ayudarte a identificar las raíces del daño emocional, desmontar los mecanismos del gaslighting y reconstruir una autoestima sólida y realista.
Además, existen ejercicios prácticos para fortalecer la autoestima: establecer límites, practicar el autocuidado, rodearte de personas que te respeten, celebrar pequeños logros.
El vínculo entre gaslighting y autoestima es profundo y, muchas veces, invisible a simple vista. Sin embargo, reconocer esta conexión es un paso esencial para sanar. Identificar la manipulación emocional, comprender su impacto y tomar acciones para reconstruir tu valor personal no solo es posible, sino necesario. Tu bienestar emocional lo merece, y tú también.