Cuando estamos en una relación de dependencia emocional, todo parece girar en torno a la otra persona. Nuestra autoestima se vuelve frágil, las decisiones se toman con miedo, y poco a poco nos perdemos de vista a nosotros mismos. Pero salir de ese ciclo no solo es posible, también es un acto de amor propio y libertad.

En este artículo revisaremos algunos pasos para aprendas a cómo salir de una relación de dependencia. Comenzamos.

¿Qué implica salir de una relación de dependencia?

Salir de una relación de dependencia no es simplemente dejar de hablarle a esa persona, más bien implica atravesar un proceso emocional profundo que toca fibras como el miedo al abandono, la baja autoestima y la falsa idea de que “sin esa persona no voy a poder estar bien”. 

La dependencia emocional puede funcionar de forma similar a una adicción: activa los mismos circuitos cerebrales del placer y la recompensa, lo que hace que salir cueste, incluso cuando sabemos que la relación nos hace daño.

Según estudios de psicología evolutiva, muchas personas que viven este tipo de vínculos, vienen de contextos en los que no se sintieron valoradas emocionalmente desde la infancia. Esto genera una necesidad constante de validación externa, especialmente en relaciones amorosas.

A este patrón se le atribuye un estilo de apego inseguro, el cual, de acuerdo a la teoría de Bowlby y Ainsworth se caracteriza por el miedo al abandono y la búsqueda constante de cercanía. Son adultos que, de pequeños, tuvieron que hacer maniobras para tener el amor y el cariño de sus figuras de apego. 

Señales de que es momento de tomar distancia

Identificar que estás en una relación de dependencia puede ser doloroso, pero es el primer paso para sanar. Algunas señales comunes son:

  • Sientes ansiedad o miedo cuando la otra persona se aleja, aunque sea por poco tiempo.
  • Dejas de hacer cosas que disfrutas por miedo a que se enoje o se aleje.
  • Necesitas su aprobación constante para sentirte seguro.
  • Justificas comportamientos dañinos con tal de no perder a esa persona.

Si te sentiste identificado con alguna de estas frases, puede ser momento de preguntarte si realmente estás en una relación saludable.

{post-cta}

Pasos clave para iniciar el proceso

Salir de una relación de dependencia no se hace de un día para otro, pero cada paso cuenta. No se trata de ser valiente todo el tiempo, sino de ser constante y compasivo contigo mismo.

1. Reconocer el problema sin juzgarte

Aceptar que estás en una relación de dependencia es un acto de coraje. Esfuérzate por no culparte ni avergonzarte, sino más bien observar con honestidad lo que está pasando. Habla contigo mismo o con alguien de confianza sobre lo que sientes y piensas. Este es un buen inicio para cuidar de ti mismo.

2. Buscar apoyo emocional o profesional

Nadie sale de un lugar difícil en soledad, así que hablar con personas de confianza o acudir a un psicólogo puede ayudarte a entender qué necesidades emocionales estás tratando de llenar con esa relación. Además, contar con una red de apoyo te va a sostener en los momentos de duda o recaída, y para ello, acércate de forma amable a las personas en quienes confías.

3. Fortalecer tu identidad y límites

Una de las claves para salir de una relación de dependencia es volver a conectar con quién eres más allá del vínculo. ¿Qué cosas te gustan? ¿Qué te hace bien? ¿Qué límites quieres empezar a poner? Para conocerte mejor, hazte preguntas incómodas, pero necesarias. También puedes empezar con pequeñas acciones: retomar una actividad que habías abandonado, salir con amistades que habías dejado de ver o simplemente tomarte un día para ti sin sentir culpa.

Qué esperar emocionalmente en el camino

El proceso puede sentirse como una montaña rusa. 

A veces vas a extrañar, dudar o idealizar los buenos momentos, pero es importante no romantizar el sufrimiento. Salir de una relación de dependencia es, en muchos casos, un duelo. Así que permítete sentir sin quedarte atrapado en el dolor. 

La ansiedad, el vacío o la tristeza no son señales de que te equivocaste, sino parte del camino de reconstruirte.

La neurociencia explica que, al cortar un vínculo emocional fuerte, el cerebro necesita tiempo para reajustarse y dejar de asociar esa relación con el bienestar. En otras palabras: tu mente está aprendiendo a sobrevivir sin esa anestesia emocional que aportaba los buenos momentos de la relación. Ahora, dicho bienestar debes conseguirlo por tu cuenta, sin apelar a la dependencia. 

Consejos para no volver a caer en vínculos similares

  • Trabaja tu autoestima todos los días. No es un destino, es un proceso. Así que dedícate a realizar actividades de autoexploración, como sesiones de reflexión interna, un diario para desahogar emociones, o charlas honestas y sin prejuicios con las personas que te aprecian.
  • Practica el autocuidado como forma de respeto hacia ti mismo. Me gusta considerar el autocuidado como un hábito sostenido por 3 pilares: movimiento, relajación y aprendizaje. Busca una actividad que integre las tres, es decir, una actividad que te relaje, te permite moverte (físicamente) y que te brinde algún aprendizaje.
  • Aprende a identificar red flags desde el inicio de una relación. Esto no quiere decir que siempre estarás en modo alerta, pero sí significa que debes aprender a reconocer las cosas que te hacen daño y las cosas que, quizás, haces para hacer daño. Este conocimiento te ayudará, en gran medida, a evitar angustias y malestar.
  • No tengas miedo de poner límites, aunque eso signifique perder a alguien. A veces, el no poner límites es interpretado como una muestra de amor, pero más bien, el poner y respetar límites es una gran muestra de respeto que, con toda seguridad, va a fortalecer la relación.
  • Recuerda que amar no es depender, es elegir en libertad. Repite esta frase y aprende de ella. Eres libre de amar y elegir a quien quieres amar. Y esa libertad implica una gran responsabilidad de lidiar con tus emociones y las de tu pareja. 

{post-cta}

Cómo salir de una relación de dependencia puede ser uno de los desafíos más difíciles pero también más transformadores. No estás solo, y cada paso que das es una declaración de amor hacia ti mismo. Mereces vínculos que te sumen, no que te resten.

¿Te gustaría seguir explorando este tipo de temas? Déjanos un comentario o compartí este artículo con alguien que lo necesite 💛