El apego emocional es un vínculo profundo que establecemos con otras personas y que influye en la manera en que nos relacionamos a lo largo de la vida. Desde la infancia, desarrollamos patrones de apego que pueden afectar nuestra seguridad emocional, nuestras relaciones y nuestra forma de gestionar la intimidad y el afecto.
En este artículo, exploraremos qué es el apego emocional, sus bases teóricas, los tipos de apego y su impacto en las relaciones, además de estrategias para trabajar en vínculos más saludables.
¿Qué es el apego emocional?
El apego emocional es la conexión afectiva que desarrollamos con otras personas. Sus bases y características se establecen en la infancia, y tienen un impacto, casi determinante, en nuestra forma de interactuar en la adultez. Se basa en la necesidad humana de seguridad, protección y apoyo emocional.
El psicólogo John Bowlby fue uno de los primeros en estudiar el apego, proponiendo que los vínculos tempranos con los cuidadores, moldean nuestras relaciones futuras. Esto ocurre puesto que reproducimos las dinámicas que tuvimos con nuestros padres, cuando ya somos adultos.
Posteriormente, Mary Ainsworth amplió esta teoría con su famoso experimento de la “situación extraña”, identificando diferentes estilos de apego en los niños. Se trata de exponer a niños pequeños, a situaciones hipotéticas: presencia y ausencia de la madre y de una persona extraña, para observar su comportamiento en cada uno de los casos.
Modelos clásicos
Bowlby planteó que el apego es un mecanismo evolutivo que asegura la supervivencia, ya que los niños buscan proximidad con sus figuras de cuidado para sentirse protegidos. Ainsworth identificó tres estilos principales de apego en la infancia:
- Apego seguro: Los niños confían en sus cuidadores y se sienten seguros explorando el mundo.
- Apego ansioso: Los niños buscan constantemente atención y pueden sentirse inseguros cuando sus cuidadores no están presentes.
- Apego evitativo: Los niños tienden a ser independientes y pueden evitar el contacto emocional con sus cuidadores.
Más adelante, se añadió un cuarto estilo, el apego desorganizado, caracterizado por respuestas contradictorias y miedo hacia las figuras de apego. Es importante comprender que el apego desarrollado por los niños, es un reflejo del apego de sus cuidadores, es decir, padres con un estilo de apego seguro, van a transmitir el mismo apego a sus hijos.
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Factores que influyen en el desarrollo del apego
El apego emocional no se desarrolla de forma aislada, sino que está influenciado por múltiples factores, como:
- Calidad del cuidado infantil: Un ambiente estable, afectuoso y comprensivo, favorece un apego seguro, mientras que un ambiente incierto, lleno de impulsividad, rechazo e invalidación de emociones puede devenir en apego inseguro/ansioso o evitativo.
- Experiencias tempranas: Traumas o negligencia pueden afectar el desarrollo del apego. No hay una teoría única que pueda predecir que tal tipo de trauma, provoque un cierto tipo de apego. Más bien, esto dependerá de las experiencias de vida antes del trauma y la gestión del mismo, una vez que ocurrió. En este sentido, se puede desarrollar apego inseguro (por toda la angustia y miedo asociado al trauma) o evitativo (como un intento de no contactar con las emociones asociadas al trauma).
- Factores genéticos y temperamentales: Algunas personas son más propensas a desarrollar ciertos estilos de apego debido a la herencia de sus padres. El establecimiento del apego inicia desde el momento de la gestación, 9 meses antes de que nazca el bebé, y a su vez, la carga genética de los padres, a nivel emocional, también influirá en el apego de su hijo. En este sentido, padres que rechazan el embarazo, y además, poseen un estilo de apego distante, entonces el bebé puede heredar la tendencia a un apego inseguro o evitativo.
- Modelos de relación aprendidos: Las interacciones familiares y sociales refuerzan patrones de apego en la adultez. El vínculo con los padres es fundador del estilo de apego, sin embargo, un núcleo familiar que contradice tales formas de relación, definitivamente puede servir como un salvavidas para el pequeño, y evitar el establecimiento de un apego rígido.
Tipos de apego y sus características
El apego emocional en la adultez se manifiesta de manera similar a los estilos identificados en la infancia.
Apego seguro vs. apego ansioso
- Apego seguro: Las personas con apego seguro confían en los demás, pueden expresar sus emociones con facilidad y establecen relaciones equilibradas. Tienden a ser más resilientes en situaciones de conflicto. En sus relaciones de pareja, pueden aprender a tener comunicación asertiva.
- Apego ansioso: Quienes tienen un apego ansioso suelen necesitar constante validación y pueden experimentar miedo al abandono. Esto puede llevarlos a ser dependientes emocionalmente o a reaccionar con ansiedad en las relaciones. Son personas que pueden sentir que tienen un estilo de comunicación unilateral con sus parejas, lo cual les hace sentir poco valorados.
Características del apego evitativo y desorganizado
- Apego evitativo: Estas personas valoran la independencia y pueden evitar la cercanía emocional. Les cuesta expresar sentimientos y pueden sentirse incómodas con la intimidad, tanto física como afectiva. Suele asociarse con rasgos de personalidad como la alexitimia, una dificultad para expresar e identificar emociones, esto puede hacerles pasar como personas muy frías o serias.
- Apego desorganizado: Este tipo de apego es más inestable y suele estar vinculado a experiencias traumáticas. Las personas con apego desorganizado pueden alternar entre la necesidad de cercanía y el miedo a la misma. Pueden ser personas fácilmente irritables e impulsivas, con mucha ansiedad, angustia y confusión, por no poder comprender sus cambios emocionales.
Estrategias para fomentar un apego saludable
Si sientes que tu estilo de apego está afectando tus relaciones, existen formas de mejorar la seguridad emocional y fortalecer los vínculos afectivos.
Técnicas de comunicación y autoconciencia
- Identifica tu estilo de apego. Reflexiona sobre tus relaciones pasadas e intenta identificar patrones en tu forma de vincularte.
- Práctica la comunicación asertiva. Expresar tus necesidades y emociones de manera clara y respetuosa, te ayuda a fortalecer la confianza en ti mismo(a) y en quienes te rodean.
- Trabaja en tu autoestima. La seguridad en uno mismo facilita relaciones más sanas y equilibradas. Aprende estrategias para evitar el autosaboteo.
- Aprende a establecer límites. Es importante saber decir "no" cuando algo no nos hace sentir bien.
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Ahora que sabes qué es el apego emocional, puedes comprender mejor cómo influye en tus relaciones y qué pasos puedes tomar para mejorar tu bienestar afectivo. Si bien el apego se forma en la infancia, es posible modificar los patrones que nos afectan en la adultez.
Fomentar un apego seguro a través de la autoconciencia, la comunicación efectiva y, si es necesario, el apoyo terapéutico, te permitirá construir relaciones más equilibradas y satisfactorias. ¡Empieza hoy mismo a trabajar en ello y fortalece tus lazos emocionales! 💙