Migrar es una experiencia llena de cambios y emociones, ya que puede ser una oportunidad emocionante para empezar de nuevo, pero también puede generar una profunda sensación de nostalgia y tristeza. Por ello, si te has encontrado pensando "me fui de mi país y estoy triste", entonces no estás solo(a). 

Muchas personas experimentan estos sentimientos al dejar atrás su hogar, amigos y rutina. La buena noticia es que hay formas de adaptarse y hacer que esta transición sea mucho más llevadera.

¿Por qué me siento triste después de mudarme?

Sentir tristeza después de una mudanza es completamente normal. Cambiar de entorno implica dejar atrás personas, lugares y costumbres que formaban parte de tu vida diaria, y adaptarse a lo nuevo lleva tiempo, y en el proceso es común experimentar una sensación de pérdida.

Por ello, es común sentir ansiedad, tristeza, frustración y miedo al futuro. Tanto las razones de la migración, como las condiciones en las que se hizo, influyen en el estado de ánimo y en la autopercepción.

Pérdida de la red de apoyo social

Cuando migras, te distancias físicamente de tu red de apoyo más cercana y confiable, con quienes tenías una conexión cercana. Por ello, muchas cosas que antes se sentían del día a día, ahora comienzan a pesar. Ya no es tan fácil salir a tomar un café con tu mejor amigo(a), hacer planes espontáneos o pedir ayuda cuando sientes que la necesitas. La distancia física de esta red de apoyo puede hacer que te sientas solo(a) y vulnerable.

Dificultad para hacer nuevos amigos

Construir nuevas amistades no es algo que suceda de la noche a la mañana. En un lugar nuevo, es posible que no sepas por dónde empezar o que te sientas fuera de lugar. Esto puede generar inseguridad y hacer que extrañes aún más a las personas que dejaste atrás.

Estrés por el proceso de mudanza

Más allá del cambio emocional, el simple hecho de mudarse es un proceso agotador. Organizar, empacar, trasladar y desempacar puede generar estrés y ansiedad. Además, adaptarte a un nuevo espacio, entender cómo funcionan los servicios locales y aprender nuevas rutas pueden ser desafíos que aumentan tu sensación de malestar.

{post-cta}

Causas de la tristeza tras una mudanza

Existen varios factores que pueden hacer que te sientas triste después de mudarte:

  • Desconexión emocional: Si tu mudanza no fue completamente voluntaria (por trabajo, estudios o razones familiares), es posible que sientas que has perdido el control sobre tu vida. Esto ocurre especialmente en personas que tuvieron que migrar a la fuerza.
  • Idealización del pasado: Es común comparar cada detalle de tu nueva realidad, con tu lugar de origen, lo que puede hacer que la adaptación sea más difícil. Si bien esto es algo normal o natural, cuando se hace desde la crítica o el juicio, entonces puede exacerbar las diferencias culturales.
  • Sensación de incertidumbre: Estar en un lugar nuevo implica desconocer muchos aspectos de la vida cotidiana, lo que puede generar ansiedad y una sensación de desorientación.

Consejos para superar la tristeza y la nostalgia

Si te repites constantemente "me he mudado y estoy triste", recuerda que este sentimiento no durará para siempre. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte a adaptarte más rápido y sentir tranquilidad en tu nuevo hogar.

1. Mantén contacto con tus seres queridos

Migrar no significa que debas perder la conexión con las personas importantes para ti. En cambio, esforzarte por mantener la conexión con ellos, puede ayudarte a sobrellevar la distancia física. Así que usa videollamadas, mensajes y redes sociales para mantenerte en contacto con familiares y amigos. Saber que aún tienes su apoyo, aunque sea a la distancia, te ayudará a sentir menos soledad.

2. Explora tu nuevo entorno y crea nuevas rutinas

Salir de casa y conocer tu nuevo barrio te ayudará a sentirte más cómodo(a) en el lugar. Descubre cafeterías, parques o bibliotecas cercanas. También es útil establecer nuevas rutinas, como hacer ejercicio, realizar alguna actividad que te guste, tomar una clase o pasear en un horario determinado. Esto te permitirá generar un sentido de pertenencia más rápido.

3. Busca apoyo profesional si la tristeza persiste

Si después de un par de meses, sigues sintiéndote triste, ansioso(a) o con dificultades para adaptarte, entonces considera que la ayuda de un profesional en la salud mental puede ser una excelente opción. Un psicólogo puede orientarte en este proceso y brindarte herramientas para manejar mejor la transición.

4. Dale tiempo al proceso

Adaptarse a un nuevo lugar no sucede de inmediato. Es normal sentir altibajos emocionales, pero con el tiempo, las cosas empezarán a mejorar. Recuerda que cada migración es una oportunidad para crecer, conocer nuevas personas y vivir nuevas experiencias.

Si en este momento sientes tristeza por haberte mudado, entonces date permiso para sentir, pero también para buscar formas de hacer que esta etapa sea más llevadera. Con esfuerzo, lograrás que tu nuevo lugar de residencia, se sienta como un hogar.💛