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El efecto Pigmalión es un fenómeno psicológico que demuestra cómo las expectativas de una persona pueden influir en el rendimiento y comportamiento de otra. También conocido como la profecía autocumplida, este efecto ha sido estudiado en diversas áreas, desde la educación hasta el entorno laboral y el deporte. 

En este artículo vamos a explorar y explicar cómo se aplica y 10 ejemplos del efecto Pigmalión. ¡Comenzamos!

¿En qué se puede aplicar el efecto Pigmalión?

El efecto Pigmalión puede tener un impacto significativo en el desarrollo personal y profesional, ya que cuando una persona percibe expectativas positivas sobre su desempeño, entonces es más probable que se sienta motivada. Esto va a influir en la cantidad de esfuerzo, voluntad, recursos y habilidades que invierta en una tarea o actividad. 

Si bien esto no garantiza que la persona alcance sus objetivos, sí aumenta las probabilidades de que se acerque todo lo posible a ellos. Lo contrario también es cierto: las expectativas negativas pueden disminuir la motivación y limitar el potencial de una persona. Se ha observado este efecto en la educación, el trabajo, el deporte, las relaciones interpersonales y la crianza.

Ejemplos del efecto Pigmalión en el ámbito educativo

1. El profesor que cree en el potencial de su alumno: 

Un maestro que transmite confianza en las habilidades de un estudiante puede motivarlo a esforzarse más y mejorar su desempeño académico, además, al transmitirle seguridad, el estudiante puede lidiar mejor con los hábitos de autodesvalorización, disminuyendo así el sentimiento de culpa y autorreproche cuando no alcance sus objetivos.

2. El estudiante etiquetado como “inteligente”: 

Cuando es reconocido el “talento” de un estudiante, este suele esforzarse más para cumplir con esa expectativa. Sin embargo, crear expectativas idealizadas o comparaciones entre compañeros, puede generar mucha presión mental y psicológica en el estudiante, lo cual puede devenir en frustración.

3. Baja autoestima por expectativas negativas: 

Un alumno que constantemente recibe comentarios desalentadores de sus profesores, puede desarrollar inseguridad, baja autoestima y bajo rendimiento escolar.

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Ejemplos del efecto Pigmalión en el entorno laboral

4. El jefe que confía en su equipo: 

Un líder que transmite confianza en sus empleados, genera mayor motivación y productividad. Además, esto estimula la resolución de problemas y un mejor procesamiento de información, así como comunicación asertiva cuando hay problemas.

5. Un trabajador al que consideran “poco competente”: 

Si un empleado es minimizado o disminuido, entonces aumentan las probabilidades de que su desempeño se vea afectado negativamente, bien porque de verdad cree que no es capaz, o bien porque experimenta afectos negativos como tristeza, ira, resentimiento y frustración, que perjudican la motivación y la voluntad.

6. El impacto de la retroalimentación positiva: 

Un equipo que recibe reconocimiento constante, tanto de sus aciertos como desaciertos, de manera justa y real, puede mejorar su rendimiento y compromiso con la empresa. En estos casos, no exagerar las equivocaciones puede evitar un deterioro de la autoconfianza. 

Ejemplos del efecto Pigmalión en las relaciones personales

7. La pareja que motiva a su compañero: 

Cuando una persona apoya y cree en el crecimiento de su pareja, esta suele enfrentar las adversidades y conflictos con mayor templanza y serenidad, reconociendo sus límites y capacidades.

8. Influencia de los amigos en la autoestima: 

Si un grupo de amigos refuerza constantemente las cualidades positivas de alguien, entonces disminuyen las probabilidades del autorreproche, es decir, esa persona puede dejar de ser tan dura consigo misma y reconocer sus aciertos.

Ejemplos del efecto Pigmalión en el deporte

9. El entrenador que potencia a su equipo: 

Un coach que transmite confianza a sus jugadores suele lograr que estos superen sus propios límites, especialmente los psicológicos. La ansiedad, el estrés y la baja autoestima pueden influir en la capacidad de los deportistas, para enfrentar ciertos momentos de presión. Por lo que, transmitir confianza a los atletas, ayuda a fortalecer su diálogo interno en momentos de tensión psicológica. 

10. El deportista que cree en su éxito: 

Cuando un atleta internaliza expectativas positivas sobre su desempeño, entonces su mentalidad influye directamente en sus logros. Así como las expectativas de entrenadores influyen en la autoestima y desempeño de los atletas, pues de la misma manera, las expectativas propias influyen en el autoconcepto de los deportistas, aumentando o disminuyendo su motivación.

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Otros ejemplos del efecto Pigmalión: crianza de los hijos

  • Los padres que refuerzan la confianza en sus hijos: Si un niño crece con mensajes positivos sobre sus aciertos, entonces es más probable que muestre motivación de intentar cosas nuevas o buscar soluciones a problemas, incluso si no tiene las respuestas. Además, esto puede disminuir los sentimientos de culpa y frustración, ante los errores.
  • El impacto de las comparaciones: Cuando un niño es constantemente comparado de manera negativa con otros, incluso con sus hermanos o primos, puede asumir que no es lo suficientemente bueno y que no vale la pena seguir intentando o mejorar. Esto puede limitar su desarrollo y voluntad.

El efecto Pigmalión demuestra el poder que tienen las expectativas sobre el comportamiento y la motivación de una persona. Aplicarlo de manera positiva en la educación, el trabajo, el deporte y las relaciones interpersonales, puede marcar la diferencia en el desarrollo de individuos y equipos. ¡Creer en el potencial de los demás puede transformar realidades!