Las fobias específicas y los trastornos de ansiedad afectan a millones de personas en todo el mundo, limitando su calidad de vida y bienestar emocional. Dentro de estas condiciones, la claustrofobia y la agorafobia son bastante comunes por presentar miedos relacionados con ciertos espacios o situaciones. 

En este artículo analizamos a fondo la comparación claustrofobia vs agorafobia, sus diferencias más relevantes, síntomas, causas y tratamientos recomendados.

Claustrofobia vs agorafobia: ¿cuáles son sus diferencias principales?

Aunque ambas son fobias relacionadas con el miedo a ciertos lugares, tienen orígenes y expresiones distintas. La claustrofobia se caracteriza por el temor irracional a los espacios cerrados o reducidos, mientras que la agorafobia se define como el miedo a estar en lugares donde escapar pueda ser difícil, o donde no se pueda recibir ayuda en caso de una crisis. 

Ambos trastornos pueden provocar ataques de pánico, pero el detonante emocional y el tipo de evitación varían significativamente. Veamos.

¿Qué es la claustrofobia?

Es una fobia específica clasificada dentro del espectro de trastornos de ansiedad según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). Este miedo se centra en espacios confinados como ascensores, túneles, habitaciones sin ventanas o aviones.

Síntomas principales de la claustrofobia

Los síntomas pueden aparecer incluso con la sola idea de estar encerrado. Entre los más frecuentes se encuentran:

  • Nerviosismo.
  • Pensamientos de muerte o daño inminente.
  • Sensación de ahogo.
  • Desesperación.
  • Taquicardia.
  • Sudoración excesiva
  • Sensación de asfixia.
  • Mareo o náuseas.
  • Deseo urgente de salir del lugar.

Estos síntomas responden a una reacción de ansiedad intensa, y pueden derivar en un ataque de pánico si no se gestionan. Ataques de pánico frecuentes en este tipo de lugares, pueden reforzar la idea de que existe un peligro real e inminente.

Causas más frecuentes de la claustrofobia

Las investigaciones sugieren que la claustrofobia puede estar relacionada con:

  • Experiencias traumáticas en la infancia (como haber quedado encerrado accidentalmente).
  • Factores genéticos o antecedentes familiares de fobias. Padres ansiosos o con fobias establecidas, son más propensos de pasarlo a sus hijos.
  • Disfunciones en la amígdala, la región cerebral que regula el miedo, según estudios de neuroimagen publicados en Journal of Anxiety Disorders. De hecho, en este contexto, la claustrofobia puede ser el síntoma de algún desorden neurológico relacionado con los centros cerebrales que procesan emociones.

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¿Qué es la agorafobia?

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que puede desarrollarse con o sin antecedentes de ataques de pánico. Su característica principal es el miedo a encontrarse en lugares públicos o situaciones donde escapar resulte difícil o embarazoso. Esto incluye centros comerciales, transporte público, conciertos, colas, e incluso estar solo fuera de casa (debido a esto, puede llegar a confundirse con el trastorno de ansiedad generalizada).

Síntomas característicos de la agorafobia

Además del miedo anticipatorio, la agorafobia genera síntomas similares a los de otras fobias:

  • Pensamientos catastróficos, de muerte o daño.
  • Corazón acelerado.
  • Respiración acelerada.
  • Temblor o entumecimiento.
  • Sensación de perder el control.
  • Evitación constante de espacios abiertos o concurridos.
  • Aislamiento.

Entre los factores que pueden causar o agravar la agorafobia destacan:

  • Ataques de pánico previos que fueron mal gestionados.
  • Ansiedad generalizada crónica.
  • Traumas pasados.
  • Cambios significativos en la vida personal (como duelos, separaciones o cambios de entorno).
  • Historia familiar de trastornos de ansiedad.

Diferencias entre claustrofobia y agorafobia

Aunque comparten características como la ansiedad anticipatoria o la evitación, existen diferencias claves entre estos dos trastornos

Diferencias según los síntomas

En la claustrofobia, el miedo se asocia con una sensación de ahogo, asfixia, peligro y opresión, es inmediato y alcanza su pico máximo, en el momento de entrar o pensar en entrar, a un espacio cerrado. En cambio, la agorafobia está más relacionada con el miedo a no poder escapar de una situación, o no poder recibir ayuda en caso de necesitarla, incluso si el espacio no es necesariamente cerrado.

Por ejemplo, una persona claustrofóbica puede sentirse bien en un mercado amplio, pero entrar en pánico al subir a un ascensor. Mientras que, una persona agorafóbica, puede evitar un mercado grande y concurrido, por miedo a no poder recibir ayuda (debido a la cantidad de gente y la lejanía de las salidas) en caso de sentirse mal.

Tratamientos específicos para cada trastorno

Estas fobias responden bien a tratamientos basados en terapia psicológica, especialmente la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). Esta técnica trabaja sobre los pensamientos distorsionados y las conductas evitativas asociadas al miedo.

  • Para la claustrofobia, la terapia de exposición gradual en entornos seguros, ha mostrado una alta eficacia.
  • Para la agorafobia, se recomienda combinar exposición con reestructuración cognitiva y, en algunos casos, medicación (como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ISRS).

Estudios publicados en The Lancet Psychiatry demuestran que hasta un 70-80% de los pacientes con trastornos de ansiedad, presentan mejoras significativas al combinar psicoterapia con tratamiento farmacológico.

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¿Es posible tener ambos trastornos?

Como la base de toda fobia, es el miedo, entonces sí es posible que una persona sufra claustrofobia y agorafobia al mismo tiempo. Aunque no es lo más común, algunos casos presentan una combinación de fobias específicas y trastornos de ansiedad generalizada. Por ejemplo, alguien puede temer tanto a los espacios cerrados, como a estar en lugares públicos sin una vía de escape clara

Cuando ambos trastornos coexisten, es fundamental un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado que aborde los distintos miedos de forma coordinada.

La comparación claustrofobia vs agorafobia nos permite comprender mejor dos trastornos que, aunque parecidos a primera vista, tienen causas, síntomas y desencadenantes distintos. Identificar correctamente cuál de los dos se padece, o si ambos están presentes, es clave para iniciar un tratamiento efectivo que permita recuperar la tranquilidad y la autonomía en la vida diaria.