La procrastinación puede generar estrés, problemas con la autoestima y una baja productividad. A veces, postergar tareas puede ser inofensivo, y no tiene un impacto importante, pero cuando se convierte en un patrón recurrente, pues puede impactar negativamente en nuestra vida diaria.
En este artículo encontrarás 10 consejos para no procrastinar y mejorar tu productividad. ¡Comenzamos!
¿Cómo evitar la procrastinación?
Para evitar la procrastinación, puede bastar un cambio de hábitos y una mejor gestión del tiempo. No se trata solo de “tener fuerza de voluntad”, sino de aplicar estrategias efectivas para mantener el enfoque y la motivación.
Sin embargo, si el cambio de hábitos no es suficiente, pues será importante preguntar y revisar, cuáles elementos o factores psicológicos, pueden estar ocasionando la procrastinación. De momento, aquí te dejamos 10 consejos para no procrastinar y empezar a cumplir tus objetivos sin aplazar más las tareas importantes.
Top 10 consejos para no procrastinar
1. Establece metas claras y alcanzables
Si no tienes un objetivo bien definido, es fácil posponer las tareas importantes. Por lo general, la procrastinación se orienta hacia tareas y responsabilidades de peso, que tienen relevancia en la vida de la persona. Suelen ser actividades con un cierto nivel de exigencia y complejidad, que genera peso psicológico y emocional en la persona, y por ello tiende a aplazarlo o posponerlo.
Por ello, metas claras y alcanzables pueden ayudarte a mantener el enfoque y la motivación. Estas metas deben ser concretas, medibles y realizables para ti. Por ejemplo, en lugar de decir “quiero mejorar mis calificaciones”, puedes definir acciones específicas como “voy a dedicar 30 minutos al día a estudiar en la mañana”. Cuanto más clara sea la meta, más fácil será mantener la motivación y avanzar sin postergar.
2. Utiliza técnicas de gestión del tiempo
Saber administrar tu energía y tu tiempo es clave para evitar la procrastinación. Suele ocurrir que ciertos hábitos pueden perjudicar tus niveles de motivación y voluntad para realizar ciertas tareas y actividades. Por ejemplo, si tu energía es bastante elevada durante las mañanas, entonces es un gran momento para realizar las tareas complejas, porque tu proceso de información está óptimo.
Además, conocer tu capacidad de atención, puede ayudarte a distribuir tu tiempo y no agotarte emocionalmente. Si tu umbral de atención es de 30 o 60 minutos, entonces planifica tu día para trabajar en bloques y descansar entre un bloque y otro.
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Algunos métodos
El método Pomodoro consiste en trabajar en bloques de 25 minutos con pausas de 5 minutos. Esto ayuda a mantener la concentración sin agotarte. También puedes probar la técnica Time Blocking, donde asignas horarios específicos para cada tarea.
3. Identifica y elimina distracciones
Muchas veces, procrastinamos porque estamos rodeados de distracciones, como ruido, calor o frío, e incluso pendientes que se pueden considerar importantes de realizar antes de empezar o continuar con las tareas complejas.
Para identificar las distracciones, presta atención a los estímulos que están a tu alrededor: desde los niveles de luz, hasta la temperatura, el ruido e incluso el espacio, sea la silla o la mesa. Una vez que los identifiques, intenta minimizarlos o estabilizarlos, por ejemplo, reduce las fuentes de ruido, poniendo el teléfono en silencio o desactivando las notificaciones; o si es la temperatura lo que te afecta, entonces ubícate en un espacio fresco.
También puedes organizar tu espacio de trabajo, alejar el teléfono si no es necesario y usar aplicaciones que bloqueen sitios web distractores. Un entorno ordenado y sin interrupciones mejora la concentración.
4. Practica la autorreflexión y el autoconocimiento
Es importante entender por qué procrastinas para poder cambiar ese hábito. Para ello, trabaja en reconocer tus patrones de procrastinación. Piensa en qué momentos y bajo qué circunstancias tiendes a posponer tareas.
Intenta responder estas preguntas:
- ¿Procrastinas con tareas o responsabilidades específicas?
- ¿Cuáles son los motivos habituales que utilizas para procrastinar?
- ¿Cuáles son tus pensamientos más frecuentes?
- ¿Será por miedo al fracaso?
- ¿O por considerar que te sientes incapaz o insuficiente?
- ¿Piensas que esas tareas son abrumadoras o complejas?
- ¿Te sientes abrumado(a) o confundido(a)?
- ¿Se te hace difícil organizarte, planificar o decidir por dónde empezar?
Intenta responder estas preguntas y atar cabos, considerando que puede haber patrones en tu comportamiento, e incluso en tus emociones y manera de pensar.
5. Divide las tareas en pasos más pequeños
Las tareas grandes pueden parecer abrumadoras y provocar procrastinación, por lo que la organización es importante. Considera que las tareas grandes o complejas, puedes dividirlas en pequeñas actividades, incluso si son cosas pequeñas, como ordenar el espacio para iniciar.
Por ejemplo, si tienes que escribir un informe, en lugar de pensar en todo el trabajo pendiente, divídelo en pasos más pequeños como investigar, luego hacer un esquema, y continuamente escribir el primer párrafo. Esto hace que la tarea sea más manejable.
6. Establece recompensas por completar tareas
El refuerzo positivo es una excelente forma de motivarte. Así que durante los descansos o después de terminar una tarea, entonces date un premio, que esté ajustado a tu estilo de vida: una pausa para tomar café, caminar, ver un video, leer una página de un libro, etc. Estas pequeñas recompensas mantienen la motivación alta.
7. Aprende a decir no
Aceptar demasiadas responsabilidades puede llevarte a sentirte saturado(a) y, como consecuencia, procrastinar por cansancio o por embotamiento emocional. Recuerda que no puedes hacer todo a la vez. Aprende a priorizar y decir no a compromisos que no encajan con tus objetivos o que te sobrecargan innecesariamente.
8. Busca apoyo social
Compartir tus objetivos con otras personas te ayuda a mantener el compromiso. Cuéntale a un amigo(a) o familiar sobre tus metas o trabaja en equipo. Tener a alguien que te motive o te haga seguimiento puede combatir el desánimo y la desmotivación, que desemboca en procrastinación.
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9. Mantén una rutina constante
Tener horarios fijos ayuda a generar disciplina y evitar postergaciones. Si estableces una rutina diaria con tiempos específicos para cada actividad, será más fácil mantener la productividad y evitar el hábito de posponer tareas.
10. Practica la autocompasión
Ser demasiado duro(a) contigo mismo(a) puede aumentar la procrastinación, ya que culparte, autorreprocharte y disminuirte, hace que te sientas incapaz de realizar tus tareas y, por tanto, comienzas a buscar excusas de manera inconsciente, para postergar tus responsabilidades.
Si procrastinas, se te acumulan las tareas y no logras avanzar como esperabas, entonces no te castigues. En lugar de criticarte, analiza qué puedes mejorar y sigue adelante de forma reflexiva.
Evitar la procrastinación no es imposible, pero requiere constancia y las estrategias adecuadas. Aplicar estos 10 consejos para no procrastinar te ayudará a mejorar tu enfoque, organización y productividad. Recuerda que pequeños cambios en tu rutina pueden hacer una gran diferencia. ¡Empieza hoy y deja atrás la procrastinación!