Falta de atención: Causas, síntomas y estrategias para mejorarla
¿Te ha pasado que no puedes concentrarte? ¿Sientes que tu mente se va a otras partes? Si es así, no estás solo. La falta de atención es común y puede afectar a gente de todas las edades.
En ocasiones se suele equiparar o igualar la falta de atención con el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), sin embargo, son condiciones completamente diferentes. En este artículo veremos cómo se distancian una de la otra y qué hacer en cada caso.
Mientras que la falta de atención es habitualmente pasajera, el TDAH en cambio, es un trastorno que afecta la vida de la persona de manera muy importante. La falta de tratamiento para el TDAH puede afectar mucho. Puede bajar el rendimiento escolar, causar desafíos laborales y de relación.
¿Qué es la falta de atención? - Definición y Origen
La falta de atención significa tener problemas para enfocarse o concentrarse. Puede ser difícil mantener la atención en una tarea o algo en particular. Asimismo, implica dificultades para ignorar las distracciones del entorno, e incluso, se relaciona con la capacidad de poder prestar atención a muchos estímulos a la vez. Resulta que prestar atención a muchas cosas al mismo tiempo, no aumenta la atención, sino que más bien la disminuye, ya que no se focaliza, además que satura la capacidad del procesamiento de información, que tiene el cerebro.
Esto puede deberse a varias razones y verse en cada persona de forma distinta. Para algunas, es un síntoma del TDAH, otros la experimentan por situaciones de estrés, ansiedad, o si algo no les interesa. E incluso por condiciones psicológicas más graves, como la depresión, psicosis, bipolaridad, entre otras.
Las diferencias principales entre la falta de atención y el TDAH:
- La falta de atención es momentánea y se debe a detonantes inmediatos en el tiempo, por lo que, una vez que termina el evento estresante, se puede recuperar la capacidad de atención.
- El TDAH va más allá de la falta de atención, e incluye síntomas como irritabilidad, agresividad, impulsividad, aburrimiento, anhedonia, procesamiento de información de manera atípica, entre otros.
- La falta de atención es síntoma de muchas condiciones psicológicas, por lo que no es una afección que se trate propiamente.
- El TDAH es un trastorno mental, emocional y neuroquímico, por lo que tiene un tratamiento específico, que incluye psicoterapia y medicamentos (en ciertos casos).
- La falta de atención no suele estar asociada directamente con la irritabilidad e impulsividad.
- El TDAH suele tener un componente de hiperactividad, que en adultos se expresa en forma de impulsividad, agresión y cambios de humor.
Ahora bien, para entender el TDAH, es clave mirar su origen. A veces, está en nuestra genética o en desequilibrios químicos en el cerebro. Estos factores influyen en nuestra capacidad de concentración. Por otro lado, tanto la sobrestimulación como la falta total de estimulación, pueden devenir en el TDAH. A su vez, núcleos familiares desestructurados y traumas infantiles pueden devenir en este trastorno.
Síntomas prevalentes de la falta de atención y el TDAH
Los síntomas del TDAH coinciden en muchos aspectos con la falta de atención, sin embargo, como veremos, tienen diferencias importantes.
Entre los síntomas comunes de la falta de atención se encuentran:
- Falta de concentración: Es difícil concentrarse en una tarea. Se suele interrumpir con facilidad y perder el hilo de lo que se está haciendo.
- Dificultades para seguir instrucciones: Se nos olvidan paso a paso las cosas que nos han dicho hacer, lo que puede perjudicar tanto en la escuela como en el trabajo.
- Soñar despierto: Nos perdemos en nuestros pensamientos y nos alejamos de lo que nos rodea.
- Pérdida frecuente de objetos: Se olvida dónde dejamos las cosas a menudo. Ordenar y mantener las cosas en su sitio resulta complicado.
Mientras que los síntomas más comunes del TDAH son:
- Errores frecuentes: Cometen errores en sus actividades diarias, especialmente por descuido.
- Problemas de concentración: Tienen un umbral de atención reducido, e incluso en las actividades que generan placer, pueden tener problemas de concentración.
- Fácil distracción: No parecen escuchar cuando se les habla directamente
- Problemas para iniciar y terminar tareas: No solo es difícil seguir instrucciones, si no también cumplir con tiempos de entrega, por lo que suelen invertir gran cantidad de tiempo, incluso en tareas sencillas. Acostumbran a evitar tareas que requieren largos períodos de esfuerzo mental.
- Dificultad para organizar: Suelen ser despistados, por lo que les cuesta administrar el tiempo y mantener sus pertenencias en orden.
- Olvidos: Pueden olvidar cosas banales como sus pertenencias, así como importantes, como actividades, responsabilidades, e incluso direcciones.
- Inquietud: Moverse al estar sentados. Pararse cuando deben permanecer sentados. Mover las manos, caminar en círculos. Tics nerviosos en las piernas.
- Sobrestimulación: Debido a la agitación, suelen necesitar la presencia de estímulos fuertes, para poder concentrarse, como escuchar música, tener la televisión encendida, o estar en movimiento mientras realizan la tarea.
- Problemas en la interacción: Hablan mucho más de lo normal e interrumpen a otros con frecuencia o dan respuestas antes de que se completen las preguntas.
- Dificultades para esperar: Pueden tener problemas para esperar su turno, mostrándose irritados, ansiosos o cansados.
Tanto la falta de atención como el TDAH pueden ser especialmente difíciles en el trabajo. Es común tener dificultades para terminar lo que se nos ha pedido, mantenernos atentos en las reuniones o recordar instrucciones, afectando negativamente nuestra productividad y causando problemas con los compañeros.
Además, nuestros amigos y familiares pueden notar que estamos distraídos con frecuencia, encontrando problemas para conversar, escuchar a otros y recordar lo que nos dicen. Esto puede causar problemas y malentendidos en nuestras relaciones.
Principales causas de la falta de atención y el TDAH
Hay muchas razones por las que un adulto puede tener falta de atención, desde condiciones cognitivas hasta afectivas: ansiedad, tristeza, duelo, separaciones amorosas, depresión, estrés, cambios de vida importantes, eventos traumáticos, entre otros.
Por otro lado, las causas del TDAH también pueden ser muy diversas:
- Genética: Si hay familiares con este trastorno, la posibilidad de tenerlo tú también se incrementa. El TDAH tiene un fuerte componente químico, el cual produce alteraciones de la atención y de la conducta en el cerebro.
- Ambiente: La exposición a toxinas así como las enfermedades de la madre durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de TDAH. Asimismo, la desnutrición en los primeros años de vida e incluso la desnutrición de la madre durante la gestión, también aumentan la probabilidad de desarrollar TDAH.
- Traumas: Los malos momentos durante el desarrollo, desde antes de nacer hasta la infancia, pueden afectar. Estos problemas pueden hacer que los síntomas del TDAH aparezcan en la adultez.
- El TDAH se relaciona con condiciones como el autismo y trastornos como la depresión.
La falta de atención en niños y adolescentes
El TDAH es un trastorno que afecta a niños y adolescentes. Provoca falta de atención, hiperactividad o impulsividad. Estos síntomas pueden hacer difícil llevar a cabo actividades diarias.
Para diagnosticar el TDAH, los síntomas deben mostrarse antes de los 12 años. Se requieren al menos seis síntomas de falta de atención y seis síntomas de hiperactividad o impulsividad durante seis meses. Además, estos deben notarse en dos o más entornos y afectar la vida social y académica.
Los jóvenes con TDAH pueden adoptar comportamientos impulsivos y peligrosos. Tanto la genética como el entorno previo pueden aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno. Se ha visto que situaciones como el tabaquismo de la madre o problemas familiares, influyen en su aparición.
Según el DSM-5, hay tres tipos de TDAH. Pueden tener mayor problemas de atención, hiperactividad o combinación de ambas.
Aproximadamente un 30% de casos se manifiesta con predominio de falta de atención. Estos niños se distraen con facilidad y cometen errores descuidados. Por otro lado, en el perfil hiperactivo-impulsivo, vemos más inquietud e impulsividad, tienen problemas para permanecer quietos y hablan mucho.
Diagnosticar el TDAH requiere un examen psicológico y psiquiátrico profundo. Se necesita información del historial médico y entrevistas con familia y educadores. Además, se deben cumplir ciertos criterios según el DSM-5.
Lista de estrategias y tratamientos para el TDAH
Hay muchas maneras de sobrellevar la falta de atención y el TDAH. Estas formas pueden realmente mejorar la vida de esas personas.
Sobre la falta de atención, es importante tomarla como síntoma de una condición o un trastorno, por lo que es primordial abordar la causa. Si es causada por una ansiedad moderada, entonces basta con realizar un par de ejercicios e implementar algunas herramientas, para mejorar la atención y la concentración. En nuestra aplicación encontrarás diversos ejercicios para mejorar la falta de atención.
En cambio, si la causa es mucho más compleja, entonces será necesario una intervención especializada.
Intervenciones comportamentales y terapias cognitivas
Si la falta de atención es por TDAH, entonces el tratamiento debe incluir terapia psicológica y medicación en algunos casos.
- La terapia de comportamiento ayuda a mejorar las relaciones sociales y a controlar los impulsos. Usando la modificación de conducta y el entrenamiento social, enseña a regularse mejor.
- La Terapia Cognitivo Conductual ayuda a cambiar pensamientos negativos que influyen en la falta de atención. También enseña a organizarse y manejar el tiempo mejor.
- El entrenamiento de habilidades cognitivas mejora áreas como la memoria y el enfoque, claves en la concentración.
Medicación: Uso y monitoreo adecuado
En ciertos casos, los medicamentos son una parte importante del tratamiento. Se recetan para optimizar funciones cerebrales superiores, como la concentración, orientación, memoria y procesamiento de información. A su vez, cuando el TDA posee el componente hiperactivo, orientado hacia la impulsividad y agresividad, entonces se recetan medicamentos para regular el estado de ánimo.
Usar medicamentos debe ser siempre vigilado por un médico. Él se encargará de ajustar dosis y ver cómo van los efectos. Seguir las instrucciones del psiquiatra y alertar de cualquier problema es crucial.
Estilos de vida y cambios cotidianos para mejorar la concentración
Para mejorar la concentración y la atención, se pueden hacer cambios diarios para tener un estilo de vida más sano. Te mostramos algunas estrategias efectivas:
- Organiza tiempo para trabajar y descansar: Identifica cuáles son tus horas de mayor activación y cuáles no. Entonces, distribuye el trabajo y las tareas en esas horas en las que tu cerebro está más dispuesto a prestar atención.
- Toma descansos cortos: El umbral de atención de un adulto es de 90 minutos, por lo que toma descansos cortos entre los 60 y 90 minutos, mientras realizas una actividad.
- Reduce las distracciones: Pero no solo las digitales, como el teléfono celular, si no también las ambientales, como temperatura, ruido, e incluso las que tienen que ver con el hambre y el sueño.
- Mantén una buena higiene del sueño: Descansar correctamente permite que tu mente esté óptima para prestar atención y concentrarte. Si quieres aprender a dormir mejor, te enseñamos aquí.
- Conecta con la naturaleza: Estar al aire libre mejora la atención. Actividades como caminar o deportes relajan el cerebro y aumentan la concentración.
- Desarrolla hábitos de autocuidado: El autocuidado te ayudará a poner límites al trabajo, cultivar una mejor relación contigo y descansar para mantener niveles estables de bienestar.
Mejorar tu concentración toma tiempo y dedicación. Con estos cambios, podrás ser más atento(a) y productivo(a) en todo lo que haces.