Tipos de autoestima: ¿Cuáles son? - Características
La autoestima es la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos, si positiva o negativamente, e influye en nuestra forma de interactuar con el mundo. Se trata de un elemento cambiante de la mente, que es flexible y fluctúa según las situaciones, etapas y momentos de la vida, pero tiene un inicio bastante claro: nuestras experiencias.
La autoestima es un concepto único, sin embargo, para explicarla de forma más sencilla, se acostumbra dividirla en tipos. En este artículo exploraremos los tipos de autoestima más comunes, así como sus características y el impacto que pueden tener en nuestra vida diaria.
Autoestima alta y sus características
La autoestima alta se entiende como una percepción positiva de uno mismo, sin embargo, no debe interpretarse como una sobrevaloración de las capacidades propias. En cambio, debe entenderse como la capacidad de reconocer las virtudes y aceptar los defectos, mostrando una actitud receptiva y resiliente ante los mismos.
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Las personas con autoestima alta suelen tener confianza en sus habilidades, enfrentando retos que quizás no puedan vencer, pero adoptan una actitud activa ante los mismos, y a menudo pueden tomar decisiones de forma más rápida. Algunas de las características de la autoestima alta incluyen:
- Confianza en uno mismo: Estas personas reconocen cuándo son capaces y cuándo no, también pueden admitir si saben o no algo, y este poder de reconocimiento les da la oportunidad de enfrentar desafíos con tenacidad. No se trata de que tienen una confianza irrompible, se trata más bien de que a pesar de saber que no son los mejores en alguna actividad, de igual forma tienen la actitud de intentarlo. Saben que pueden cometer errores, pero aprenden de ellos sin dejar que les afecten negativamente.
- Autoaceptación: El conocer y entender que las virtudes y defectos son naturales o normales, les vuelve más propensos a ser autocompasivos. Esto les ayuda a evitar los juicios severos y despectivos hacia sí mismos y hacia los demás. Además, pueden mirar sus defectos con tranquilidad, y tener una actitud de cambio y mejoría hacia los mismos.
- Resiliencia: Si bien, como todo ser humano, son susceptibles de sufrir y sentirse tristes, las personas con autoestima alta son capaces de recuperarse rápidamente de las decepciones y fracasos. En lugar de rendirse, ven las dificultades como oportunidades para crecer.
- Relaciones saludables: Tienden a establecer relaciones interpersonales basadas en el respeto y la empatía, reconociendo sus defectos y los de su pareja. Pueden dejarse llevar por expectativas e ideales, sin embargo, son capaces de reconocerlos y trabajarlos en conjunto. Su tenacidad les permite comunicarse de manera efectiva y manejar conflictos de forma constructiva.
Autoestima baja: Síntomas y señales
La autoestima baja puede definirse como una forma de afrontar la vida y sus retos:
- Autocrítica excesiva: Las personas con baja autoestima tienden a ser muy duras consigo mismas. Pueden enfocarse en sus fallos y debilidades, ignorando sus logros y cualidades positivas. Además, suelen maximizar sus defectos, viéndolos como un rasgo desvalorizante. Esto les lleva, a su vez, a compararse de manera muy severa con quienes les rodean.
- Inseguridad: Sienten dudas constantes sobre sus habilidades y valor personal. Esta inseguridad puede manifestarse en la dificultad para tomar decisiones o en la necesidad de aprobación externa. Asimismo, esto les lleva a experimentar grandes montos de ansiedad, miedo y nerviosismo, especialmente cuando deben participar de forma activa en alguna situación.
- Aislamiento social: Pueden evitar situaciones sociales por miedo al juicio o al rechazo. Esto puede llevar a la soledad y la falta de conexiones significativas. A su vez, el aislamiento puede conducirlos a un sentimiento de desinterés, lo cual les hace propensos a caer en la abulia (fuerza de voluntad disminuida) y anhedonia (dificultades para sentir placer).
- Sensación de impotencia: Pueden sentir que no tienen control sobre sus vidas, lo que puede resultar en una actitud pasiva ante los desafíos. Esto se puede manifestar como autosaboteo, es decir, esas acciones que realizamos de manera silenciosa e inconsciente, que nos ponen barreras a nosotros mismos.
Autoestima condicionada y su impacto
La autoestima condicionada se refiere a la percepción de uno mismo que depende de factores externos, como la aprobación de los demás, el éxito en la vida laboral o las expectativas sociales. Las características de la autoestima condicionada incluyen:
- Dependencia de la validación externa: Las personas con autoestima condicionada suelen basar su autoimagen en lo que los demás piensan de ellas. Esto puede llevar a una constante búsqueda de aprobación, lo que puede ser desalentador y frustrante, especialmente cuando las expectativas de sí mismos no se cumplen.
- Inestabilidad emocional: Su autoestima puede fluctuar en función de las circunstancias externas. Si reciben elogios, pueden sentirse en la cima del mundo, pero si enfrentan críticas, pueden caer en desesperanza, confusión y decepción de sí mismos.
- Presión por cumplir expectativas: Esta condición puede generar una gran presión por cumplir con las expectativas ajenas, lo que puede resultar en estrés y ansiedad, al mismo que dificultar u obstaculizar objetivos y metas.
La autoestima condicionada puede afectar la salud mental y el bienestar emocional a largo plazo, ya que las personas que dependen de la validación externa pueden experimentar altos niveles de ansiedad.
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Autoestima equilibrada: El camino hacia el bienestar emocional
La autoestima equilibrada es un estado de serenidad, en el que no se depende completamente de factores externos o internos, para la valoración personal. Algunas características de la autoestima equilibrada son:
- Autenticidad: Las personas con autoestima equilibrada son fieles a sí mismas. Se sienten cómodas, expresando sus pensamientos y emociones, sin preocuparse excesivamente por el juicio de los demás.
- Autoevaluación realista: Son capaces de reconocer sus fortalezas y debilidades de manera objetiva. Esta autoevaluación realista les permite trabajar en áreas que desean mejorar sin caer en la autocrítica destructiva.
- Capacidad para recibir retroalimentación: Pueden aceptar críticas constructivas y usarlas como una herramienta para el crecimiento personal, sin dejar que afecten su valor personal.
- Relaciones equilibradas: Tienen la capacidad de establecer relaciones sanas y respetuosas, basadas en la comunicación abierta y la empatía.
Cultivar una autoestima equilibrada es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, pero es esencial para el bienestar emocional. Practicar la autocompasión, establecer metas realistas y rodearse de personas que fomenten la autoestima son pasos importantes para alcanzar este estado.
Entender los tipos de autoestima y sus características nos ayuda a reconocer dónde nos encontramos en nuestro viaje personal. Ya sea que experimentemos autoestima alta, baja, condicionada o equilibrada, es fundamental ser conscientes de cómo la percepción de nosotros mismos, afectan nuestro bienestar.