Cómo identificar y manejar la angustia desde el psicoanálisis

Qué es la angustia: su significado desde el psicoanálisis

La angustia es un tema de gran interés para quienes se sienten atraídos hacia la salud mental, e incluso para quienes no saben mucho de salud mental, pero tienen malestares a los que no les encuentran cura… pues, es posible que se trate de angustia. Vamos a explorarlo en este artículo. 

En este post revisaremos cuál es el significado de la angustia, cómo se relaciona y se diferencia de la ansiedad, y cómo se vincula con los traumas. Pero además, estaremos explorando cómo puedes identificar los síntomas de angustia en tu cuerpo y qué puedes hacer para abordarlos. 

Todo esto desde una mirada psicoanalítica, ya que fue Sigmund Freud (el padre del psicoanálisis) quien comenzó a hablar de angustia desde un lente médico y psicológico. 

Además, ¿no te causa curiosidad conocer una explicación tan interesante sobre algo que es trivial? ¡Iniciamos! 

ÍNDICE 

• Ansiedad y angustia
  • ¿Qué es la ansiedad?
  • ¿Cuándo es intolerable la ansiedad?
  • ¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
• Relación entre la ansiedad y la angustia
• Traumas y angustia
• Cómo identificar la angustia
• Qué se puede hacer con la angustia

Ansiedad y angustia 

Sería poco preciso hablar de angustia sin antes hablar de ansiedad, ya que se relacionan estrechamente, al mismo tiempo que tienen una diferencia psicológica importante. 

¿Qué es la ansiedad?

Es una respuesta adaptativa a estímulos adversos que pueden ser externos o internos. Y presta atención a esta explicación, ya que se suele creer que la ansiedad es algo que hay que evitar porque causa malestar en el organismo. El tema es que, al ser una respuesta adaptativa, es imposible evitarla, además que algunas funciones de la ansiedad son muy importantes, como: 

• Advierte sobre la presencia de peligro (principalmente externo, pero, como veremos, también de peligros internos). 
• Prepara al cuerpo para pelear o huir de la situación peligrosa. 
• Estimula la emoción del miedo, activando conductas de protección y cuidado de la vida. 
• Moviliza energía mental para optimizar procesos como: atención, procesamiento de información, creatividad, aprendizaje y memorización (por eso, muchas personas aprenden rápido y retienen mayor información cuando sienten ansiedad).

Y tú me dirás: “Angela, ¿cómo es eso de que la ansiedad tiene funciones importantes si me hace sentir muy mal?”. 

Pues allí se encuentra el detalle que muy pocas personas entienden, y que lleva a terapia psicológica a muchos pacientes, y es que la ansiedad en sus niveles “regulares” o “tolerables” (léase la palabra tolerable con cuidado, ya que eso depende de cada persona), es bastante funcional en tanto que opera de acuerdo a lo descrito anteriormente. 

El problema comienza cuando se trata de una ansiedad extrema, desmedida e intolerable. 

¿Cuándo esintolerable la ansiedad?

• Cuando es prolongada en el tiempo: semanas e incluso meses. 
• Cuando aparece en cualquier situación o lugar: dentro y fuera de casa, en el trabajo, en los momentos de diversión con familia y amigos, etc. 
• Cuando los síntomas te impiden satisfacer necesidades básicas como dormir, alimentarte y asearte. 
• Cuando se te hace cuesta arriba hacer las cosas que te salían de manera natural, como estudiar, trabajar, practicar tus pasatiempos, etc. 
• Cuando tienes crisis de manera frecuente e incluso ocasional.

🚨Y ojo: lo anterior se trata de una situación extrema de ansiedad, pero hay otras formas de ansiedad que causan malestar en menor medida yameritan atención psicológica. Sin embargo, eso lo podemos ver en otro artículo.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Los síntomas de la ansiedad suelen ser muchos y muy variados, pero hay algunos que son comunes y se manifiestan en todas las personas. Para que tengas un panorama completo, mira el siguiente cuadro:

Te compartimos este test por si te interesa saber si tienes síntomas de ansiedad clínica, y también puedes probar este test de autoestima baja, si sospechas que tienes síntomas similares.

¿Cuál es la relación entre la ansiedad y la angustia?

La ansiedad y la angustia se relacionan en cuanto al miedo, siendo este el síntoma común entre ambas. De acuerdo al psicoanálisis, la angustia es una respuesta de miedo ante un estímulo o señal interna, que provoca una respuesta de defensa para proteger a la persona. 

Si bien la ansiedad y la angustia son respuestas a señales de “peligro”, es importante entender que son respuestas diferentes. Vamos a verlo con detalle.

La ansiedad activa comportamientos de lucha o de huida, es decir, de enfrentamiento de la situación o de evitación de la misma, y lo que usualmente causa el aumento de la ansiedad, en lugar de disminuirla. Por lo general, la ansiedad tiene un detonante externo, aun cuando su causa principal sea interna. 

La angustia, por su parte, activa defensas de protección, lo que Freud caracterizó como mecanismos de defensa, dentro de los que destaca la represión. Y si bien esto suena útil, pues no lo es del todo. Aunque creas que la represión como mecanismo de defensa nos protege ante la angustia, pues realmente lo que hace es suprimir la idea asociada al malestar, pero el malestar persiste. Por eso es posible que te sientas angustiado(a) y no sepas por qué, ya que la emoción (angustia) está presente para decirte que algo no anda bien, pero lo que esa emoción significa (el significado de la angustia), se encuentra reprimido por diversos factores (principalmente por censura social y moral, y por el dolor que implican). 

En resumen, la angustia es una sensación de miedo, sobrecogimiento y temor que, por lo general, sumerge a la persona en un malestar paralizante. En la ansiedad suele haber agitación, mientras que en la angustia hay inmovilidad y conmoción. Lo que más preocupa y aumenta el malestar, es el vacío de explicaciones alrededor de la angustia, es decir, no saber porqué te sientes mal. 

Traumas y angustia

Podríamos hacer un solo artículo hablando sobre el trauma, tema de gran interés para muchos, pero lo dejaremos para otra ocasión. 

Para Freud, el trauma es un evento fundador que queda grabado en el cuerpo y en la mente, es decir, queda archivado en la memoria. Es un evento sorprendente, que marca un antes y un después en las sensaciones físicas, en el pensamiento y en las emociones. 

Te pongo un ejemplo sencillo para que lo entiendas mejor: imagina a un bebé que nunca ha visto a una araña negra. Hasta antes de saber que existen las arañas negras, el bebé jamás había experimentado un miedo incontenible, ni tenía en su imaginación, la posibilidad de crear un animal aterrador como lo puede ser una araña (porque nunca ha visto una). Fíjate en el estado del bebé antes de ver a la araña: su cuerpo y mente no han experimentado un miedo incontrolable y en su imaginación no hay cabida a algo aterrador. Pero al ver la araña y sorprenderse por su aspecto tan diferente al de otros animales que ha visto, el bebé experimenta un miedo jamás sentido, y en su mente quedó grabada no solo la imagen de la araña (la cual puede modificar, haciéndola más grande y aterradora), si no también ese miedo. 

Esta sensación incontenible e incontrolable de miedo, y la imagen mental asociada a dicha emoción, es lo que se constituye como un evento traumático, ya que marcó un antes y un después en las sensaciones corporales y emocionales de este bebé hipotético. Freud dirá entonces, que este bebé puede reprimir la imagen de la araña en su mente, ya que es algo muy aterrador, pero difícilmente puede reprimir la sensación de miedo en su cuerpo, lo cual se manifestará en forma de angustia. 

Así, mientras el bebé crezca, sentirá angustia en situaciones similares al evento traumático fundador, por ejemplo, ante objetos redondos y peludos, o de color negro y con patas, pero no sabrá por qué tales objetos le causan malestar, le provocan una sensación extraña y desagradable en el cuerpo. 

Aquí reside lo complejo de la angustia, y es que es difícil saber de buenas a primeras cuál es su causa, ya que se encuentra reprimida. 

🚨Advertencia: lo “traumático” es diferente en cada persona, es decir, es vivido y experimentado de maneras muy diversas, por lo que es muy difícil y quizás, clínicamente inadecuado decir que hay traumas universales. Esto se circunscribe a la historia de vida de cada persona. 

Cómo identificar la angustia

Entonces, si es tan difícil conocer la causa de la angustia, ¿cómo se puede saber que se experimenta? Vamos a verlo. 

De acuerdo al psicoanálisis freudiano, la angustia se manifiesta a través desíntomas, los cuales son formados para prevenir una explosión del malestar. En líneas generales, los síntomas son señales de que algo no anda bien, y en el caso de la angustia, le avisan a la persona de que hay un malestar interno haciendo ruido, y debe ser atendido. 

Los síntomas de la angustia son similares a los de la ansiedad, de hecho, la ansiedad suele formar parte de los síntomas, pero se les agrega 3 factores característicos: 

1. Son emocionalmente intensos.
2. Se sienten intolerables.
3. Se repiten en contextos específicos y particulares (esos que son similares al evento traumático original). 

Dentro de los síntomas de la angustia, destacan: 

• Sobrepensamiento.
• Irritabilidad y cambios de humor. 
• Susceptibilidad.
• Crisis de llanto.
• Ansiedad irracional.
• Problemas de concentración.
• Sentimiento de tristeza inexplicable.
• Baja autoestima.
• Comportamientos obsesivos que pueden ser compensatorios.

Qué se puede hacer ante la angustia

Luego de todo lo anterior, ¿cómo se cura la angustia? Pues, lo primero que debes entender es que no se cura. No es como si hubiera una medicina o una fórmula para hacer que desaparezca (ojalá). En cambio, la angustia se trata con atención psicológica. 

¿Cómo puedes iniciar? 

1. Registra los momentos de malestar: escribe cómo te sientes físicamente, qué pensabas y qué estaba ocurriendo. Esto te ayudará a encontrar patrones. 
2. Reflexiona: piensa en tu malestar, intenta cuestionarlo y verlo desde diferentes puntos de vista. 
3. Atiende los síntomas: encárgate de aliviar los síntomas de la angustia con ejercicios diarios. 
4. Habla con un terapeuta: cuéntale cómo te sientes, las cosas que piensas de tu malestar, los patrones que descubriste y cómo relacionas todo eso con tu historia de vida.

Conclusión

Finalmente, si estás atravesando un momento difícil y sospechas que el malestar puede tratarse de angustia, entonces no esperes a que se acumule y crezca, en cambio, hazte cargo y responsable de tu angustia: busca ayuda ahora. 

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